jueves, 29 de abril de 2010

¿Tiro al blanco? ¡Tiro al negro!


Gilmar, Félix, Taffarel, Marcos. Estos cuatro nombres son reconocibles por cualquier aficionado al fútbol. Quizás tenga que buscar en Google a los dos primeros, pero, a los restantes, los conoce de sobra; pero ¿Qué tienen en común estos jugadores?
Lo primero, los cuatro son brasileros. Los cuatro tenían un domicilio común en la cancha. Los cuatro eran arqueros.
Gilmar dos Santos Neves (Gilmar), es considerado ¡el mejor arquero de Brasil en el siglo XX! Jugó la mayoría de su carrera en el Santos (exacto, en el de Pelé). Se le recuerda como un tipo extremadamente pasivo. Defendió a Brasil en 3 copas del mundo. Ganó la Jules Ritme en Suecia 58’ y Chile 62’.
Félix Mielli Venerando (Félix) defendió los palos cariocas en el mundial de 1970. El arquero conocido como “Papel” nunca pasó de ser discreto. En una selección plagada de estrellas, la selección de Zagallo disponía arqueros por obligación reglamentaria. Portero del Fluminense, Félix se inscribió con un título mundial.

Cláudio André Mergen (Taffarel) Se consagró con su selección en el mundial de Estados Unidos en 1994. Responsable directo de la victoria de su equipo (atajó el lanzamiento a Danielle Massaro, en la primera final de una Copa del Mundo dirimida por penales)
A lo largo de su carrera, defendió los colores de Sport Club Internacional, Parma, Regina, Atlético Mineiro y Galasataray. Considerado por la afición, como uno de los máximos ídolos de la ‘selecao’.


Marcos Roberto Silveira Reis (Marcos) Más conocido como ‘San Marcos’ por los hinchas del Palmeiras, único club al que defendió durante su carrera. Gritó campeón en el torneo planetario organizado por Corea y Japón. Un portero solvente, sobrio y, sobretodo, se le conoce como un gran ‘ordenador’ de la parte posterior de los equipos en que participó.
Una vez hechas las presentaciones, vamos a lo medular del tema.
Ya se habrán dado cuenta de que estos cuatro jugadores fueron campeones del mundo con la selección de Brasil. En lo que les aseguro que no han reparado, es en el color de la piel de estos cuatro guardametas. Son todos blancos, en una selección en la que generalmente hay jugadores de raza negra. Señora, señor, les presento la conocida “maldición del arquero negro” en la selección pentacampeona.
Como leyeron en los textos introductorios, algunos tenían más virtudes que otros. Gilmar es considerado, hasta el día de hoy (y por la IFFHS) como uno de los porteros más virtuosos de la historia. Para los historiadores, el pálido portero carioca está a la altura de Yashin, Banks o Carbajal. Otros, como Félix, pasarán sin pena ni gloria por los anales de la historia balonpédica.
Contemporáneo a la mayoría de nosotros, Taffarel fue lámina obligada en nuestros álbumes mundialeros. Con un estilo sobrio y tranquilo, fue prenda de garantía para la retaguardia de los pupilos de Parreira.
Marcos fue figura en el mundial del continente asiático, pero el puesto del arquero en el equipo ideal de esa copa tenía nombre, apellido e, incluso, apodo: Oliver Kahn. “El Mono”.
Todas estas líneas no podrían existir si no fuera por la desgracia de, quién el autor mexicano, Juan Villoro, se refiere como ‘el hombre que murió dos veces’. Moacyr Barbosa. El portero de la selección anfitriona de la de la Copa Mundial de la FIFA 1950.
En esa oportunidad, se decretó el primer empate 0-0 en una final de este tipo de torneos. En el tiempo extra, tanto Brasil como Uruguay marcaron, pero fue el charrúa Schiaffino fue el encargado de darle la primera estocada mortal al portero negro de la selección carioca.
Claro, también hay un arquero blanco que no se coronó campeón con la selección de ‘O país mais grande du mondo’. Emerson Leao. El tipo era un arquerazo, pero le tocó un período de transición en su selección. 1974. En todo caso, Leao fue campeón del mundo en 1970, (siendo reserva de F élix; “Papel”¿se acuerda que hablamos de él? También salió cuarto (esta vez como titular) en el mundial de 1978.
A juicio personal, creo que la nominación de Dida para el mundial del 2006, ayuda mucho a que esta ‘maldición’ siga en pie. Creo que el ex portero de Cruzeiro y AC Milán no da la talla para una selección tan potente como la de su país.
Tampoco de de mi gusto Julio César, pero me parece que puede ser una buena oportunidad para que el ‘correcto’ portero del Internazionale de Milán demuestre que la historia o conoce de colores ni religiones. Sólo conoce de achiques, cortes de centro y buena ubicación en el pórtico, el resto ¿charlatanerías? Decida usted, con la información en la mano

lunes, 26 de abril de 2010

A ponerla contra el pasto


Vaya si se han creado expectativas sobre la participación de Chile en el mundial. Por ahí, hasta escuché que algunos creen que podemos ser campeones.
La ‘Bielsamanía’ parece haberse apoderado de los medios de comunicación, mutitiendas y de los conscientes (e inconscientes) de todo quién tiene alguna relación con nuestro país. Vaya si somos ‘bananeros’ en este aspecto. Exitistas y desmesurados.
Bielsa es un sabio, un tipazo, un genio del fútbol. Nos ha llevado a estar dónde nunca pensamos que estaríamos, pero creo que estamos en una situación irreal.
El futbolista chileno, en su escencia, no es trabajador; o es emocionalmente inteligente; no es tácticamente riguroso. No es táctico ni metódico. Vale decir, son ‘ahí nomás’.
Gracias a lo que el rosarino ha logrado inculcar a nuestros jugadores es que estamos con la moral por las nubes. Bastante bueno, más si estamos en las puertas de un mundial.
Solo pido que, por favor, no se pongan la chapa de ‘candidatos’ o ‘revelación’, porque no es así. Me da lo mismo lo que digan las encuestas.
Nosotros vamos al mundial a hacer el papel más digno posible. No digo que vayamos en ‘Plan Ratón’, sino que pretendo que vayamos con los pies bien puestos sobre la tierra.
Ahora, vamos a lo nuestro.
Todo el mundo se preocupa mucho del partido contra España. Que ahí se define el grupo, que debemos jugar en función de clasificar para no enfrentarnos a Brasil en octavos. Yo les digo, momento, señores.
Lo que menos me preocupa es España. Son los tres puntos que están fuera de nuestra lógica. Deberíamos perder, sería lo lógico. ¿Para qué preocuparse? Pidamos a Dios la fuerza de aceptar lo que no podemos cambiar.
¿Saben lo que me preocupa? Honduras. Eso me preocupa.
Hemos jugado con equipos centroamericanos. Está bien, obviemos la geografía y digamos que son equipos ‘malitos’, ‘sin figuras’ o de ‘poca preocupación’. Pero son, justamente, este tipo de equipos los que causan complicaciones. Los que te paran dos líneas de 4 gorilas que de dediquen a pegar. Esos equipos cortitos, para los que las ‘sabanitas cortas’ no existen porque no salen a atacar. Salen a que no los goleen. Esos son los que nos pueden hacer peligrar.
Suiza no tiene nada. Tres o cuatro jugadores de cierto riesgo, pero los nuestros saldrán mentalizados a ganar el que puede ser el partido consagratorio. El que nos dé el boleto a la segunda fase.
Quiero ser enfático en este punto: Yo también quiero que a Chile le vaya bien. No sé si me gustaría que gane el Mundial. Se dejaría de trabajar, de avanzar.
Si quiere tratarme de “chaquetero” o de “tira mierda”, hágalo, pero si entendió bien esta columna, se dará cuenta de lo que arriba suscribo es bastante lógico.
Mi pronóstico para esta edición de la Copa Mundial de la FIFA, se la doy. Pasamos segundos del grupo, con seis puntos. Perdemos con Brasil en octavos de final y serán ellos los que se queden con el trofeo

¿El opio de los pueblos?


¿En qué se parece el fútbol a Dios?. En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que el tienen muchos intelectuales.

En 1880, en Londres, Rudyard Kipling se burló del fútbol y de "las almas pequeñas que pueden ser saciadas por los embarrados idiotas que lo juegan". Un siglo después, en Buenos Aires, Jorge Luis Borges fue más que sutil: dictó una conferencias sobre le tema de la inmortalidad el mismo día, y a la misma hora, en la selección argentina estaba disputando su primer partido en el Mundial del '78.

El desprecio de muchos intelectuales conservadores se funda en la en la certeza de que la idolatría de la pelota es la superstición que el pueblo merece. Poseída por el fútbol, la plebe piensa con los pies, que es lo suyo, y en ese goce subalterno se realiza. El instinto animal se impone a la razón humana, la ignorancia aplasta a la Cultura, y así la chusma tiene lo que quiere.

En cambio, muchos intelectuales de izquierda descalifican al fútbol porque castra a las masas y desvía su energía revolucionaria. Pan y circo, circo sin pan: hipnotizados por la pelota, que ejerce una perversa fascinación, los obreros atrofian su conciencia y se dejan llevar como un rebaño por sus enemigos de clase.

Cuando el fútbol dejó de ser cosas de ingleses y de ricos, en el Río de la Plata nacieron los primeros clubes populares, organizados en los talleres de los ferrocarriles y en los astilleros de los puertos. En aquel entonces, algunos dirigentes anarquistas y socialistas denunciaron esta maquinación de la burguesía destinada a evitar la huelgas y enmascarar las contradicciones sociales. La difusión del fútbol en el mundo era el resultado de una maniobra imperialista para mantener en la edad infantil a los pueblos oprimidos.

Sin embargo, el club Argentinos Juniors nació llamándose Mártires de Chicago, en homenaje a los obreros anarquistas ahorcados un primero de mayo, y fue un primero de mayo el día elegido para dar nacimiento al club Chacarita, bautizado en una biblioteca anarquista de Buenos Aires. En aquellos primeros años del siglo, no faltaron intelectuales de izquierda que celebraron al fútbol en lugar de repudiarlo como anestesia de la conciencia. Entre ellos, el marxista italiano Antonio Gramsci, que elogió "este reino de la lealtad humana ejercida al aire libre".

martes, 20 de abril de 2010

A falta de fútbol.. HUEVOS


Lo mostrado por Everton frente a Cobresal, no fue más que una muestra del mal momento que se vive en la interna de los pupilos de Nelson Acosta.
La falta de ideas en el conjunto Oro y Cielo, hace que los partidos caigan en largos períodos de letargo y aburrimiento.
Lejos, lo que más está afectando al rendimiento del equipo es la falta de ‘poder de fuego’, allá arriba, donde los que juegen, tienen que echarla adentro. Claramente, Mauro Guevgeozián está muy solo en la parte de delante de la vida. Los jugadores destinados a acompañar las acciones ofensivas, no lo están logrando. El ‘Chuky’ González trata de poner cierta claridad en la generación de fútbol, pero a ratos, da la sensación que el equipo se queda solo en intenciones. Es curioso, pero tengo la impresión que los jugadores de Everton se sienten poco acompañados dentro del terreno.
Lo que sí quiero dejar muy en claro, es que a pesar de la irregular campaña realizada por el ‘Eforé’, el equipo nunca bajó los brazos; menos cuando el marcador de Playa Ancha señalaba que iban abajo por 2 goles y tenían un hombre menos. Creo que este fue el punto de inflexión para sacar la pachorra necesaria para equiparar las acciones.
Si bien el partido no fue favorable para Everton en ningún minuto del partido (siempre fue abajo en el marcador y estuvo con un hombre menos en la cancha) fueron el amor propio y la garra lo que sacaron adelante la difícil misión. Sí, difícil, porque Cobresal venía tercero en la tabla y hasta había escuchado que eran la ‘revelación’. Yo no les había visto un partido entero, pero ante Everton, jugaron ahí nomás. De ‘equipo sensación’, nada.
Si no vio el partido, le cuento que los dos equipos salieron a proponer y a ganar. Bastante rápido en la mitad de la cancha y con juego brusco por períodos.
Me parece que Everton fue superior, con todas las carencias que pueda tener en este momento. Uno de los mejores partidos del Chuky desde que volvió a la tienda viñamarina. Muy explosivo, lanzando pases llenos de intención para que el ‘Armenio’ buscara arriba. Dentro de todo, salió bastante bien el planteamiento.
De Olivares y Bogado se espera más. Si bien no son los típicos ‘paquetes’ que llegan a nuestro cotizado (?) fútbol, les falta aclimatación. Dígame lo que quiera, pero creo que Olivares no es el mismo después del terremoto de febrero. ¿Recuerda que el jugador ya había embalado sus pertenencias y se quería mandar cambiar de nuestro país? Pareciera que ya no está cómodo en nuestras canchas.
Al lado mío, en Playa Ancha, estaba un imprescindible en el mediocampo. Nicolás Freitas miraba con decepción como sus compañeros tenían problemas en la recuperación del balón. Espero que vuelva luego “Pantera”, y que se deje de ganar tanta tarjeta roja, porque hace mucha falta en el esquema de Don Nelson.
Tirón de orejas para Adrián Rojas. Se vio pasado de revoluciones y falto de fútbol. (Cómo no si hace mucho que no jugaba) La tarjeta roja mostrada por el excelente juez Enrique Osses (??) fue bien mostrada. La de Montesinos era evitable, pero ya pasó.
Aunque quisiera, no podría felicitar al equipo. No están jugando bien. Lo que sí quiero es destacar el sacrificio, el empeño y la garra que pusieron. Que metan esa cantidad de óvulos de gallina (huevos) en todos los partidos y la situación tendrá que mejorar.
Desde esta tribuna, yo seguiré gritando con el Ever for ever en el corazón.
Ever for ever, ever.. ¡Everton!

domingo, 11 de abril de 2010

Clásico porteño

La atención del mundo futbolístico estará puesta, este sábado, en las alternativas que nos ofrezcan el Real Madrid y el Barcelona.
Lejos, muy lejos de ahí, se disputa otro clásico, menos glamoroso, menos esperado y menos místico. Santiago Wanderers contra Everton.
Sin mirar las posiciones en la tabla, creo que el cuadro de Viña del Mar el que llega mejor, anímicamente, a este partido. Si bien deberá jugar como forastero, el cuadro ‘Oro y Cielo’ ha disputado sus últimos partidos como local en Playa Ancha, debido a problemas con Sausalito. Ya sé acomodó en la cancha, derrotó a San Luis, Cobreloa y cosechó un punto con Santiago Morning.
Se dice que en los clásicos, no importa quién llega mejor, pero los ánimos en la ‘Ciudad Jardín’ están calmos luego del triunfo sobre los loínos y la renovación, por 3 años, de Don Nelson. Si eso no da confianza y estabilidad, ¿entonces qué?
Por otro lado, los dirigidos por Zucarelli luchan por encontrar un juego sólido. Viene de empatar contra San Felipe, partido que ganaban hasta el minuto 87’, no sabiendo mantener la ventaja.
Cierto es que en este tipo de partidos, juegan otros elementos, como la presión de la hinchada, los dirigentes, etc. Lo cierto es que veo mejor parado a los ‘guata amarilla’. Quizás el origen de estas líneas está parcializado por el amor a una camiseta, estoy siendo tan objetivo como pueda ser.
Es cierto, Wanderers tiene a jugadores como Gigena o López. También es cierto que, en Valparaíso, la hinchada verde se hace sentir y es un ambiente hostil para los ‘ruleteros’, pero Everton ha sacado adelante tareas más complicadas.
La presión, en este tipo de casos, juga un papel protagónico. Estamos de acuerdo, no es un Boca – River, Madrid – Barca o Inter Milán, pero, si se puede establecer un paralelo, este tipo de partidos tienen repercusión en muchos niveles. ¡Si incluso los jefes edilicios de ambas ciudades hicieron una apuesta!
Al ganar este tipo de compromisos, se descomprime la presión. Permite trabajar mejor en la semana y cosecha todo tipo de elogios y palabras de buena crianza durante la semana.
Pero si se pierde.. ¡Uff! Rumores de despidos, enojo de la hinchada, empieza el circo de las puteadas. Tal cual.
Es el tipo de partidos dónde hay que “trabar con la cabeza”. Yo soy un tipo medianamente sensato. No les pido que corran cada pelota como si fuera la última; no conmino a mis jugadores a golear y enamórame con un esquema de juego atrayente. Solamente pido disciplina, que se juegue lo mejor que puedan, que mantengan una filosofía dentro de la cancha, que la mojen y que ganen. Aunque sea ‘medio’ a cero.
Ojo con lo de la violencia en las barras. La última vez que presencié un Wanderers – Everton en Valparaíso, las hinchadas se dieron con todo; hasta con las butacas. Le recuerdo, amable lector, que el fútbol es solamente un juego. El más bonito, pero solamente un juego.
Que gane el más mejol.

El derby a sol y a sombra


Quiero dejar en claro que mi favorito para el derby es el Barcelona, por un par de razones muy simples. El esquema que Guardiola ha implementado en su escuadra, genera uno de los estilos de juego más definidos que hemos visto en los últimos tiempos. Mucha posesión de la pelota (aunque para la afición, los toques hacia atrás sean ‘intrascendentes’) y una muy agresiva profundidad, aprovechando la explosión de Alves o Abidal.
Fácil darse cuenta de la transisición defensiva que aplica el Barcelona. Cuando se pierde la pelota, ya sea atacando o defendiendo, inmediatamente aparecen 4 ó 5 jugadores para iniciar la recuperación. Los centrales corren muy bien contra su propio arco, lo que ahorra tiempo y espacios para retomar la posesión.
Los éxitos del Barcelona son gracias a su mediocampo. Iniesta por la izquierda; Touré o Busquets como pívot; Xavi por derecha. La simplicidad del juego catalán radica en esta área del juego. Por algo el Barcelona es el equipo de la máxima división española que más pases completados tiene. No es que establezca un parámetro ‘NBA’ para el análisis del actual campeón de la Uefa Champions League, pero esto dice mucho del juego plasmado en la cancha. Para algunos, la propuesta puede ser un poco aburrida, con muchos pases al costado y hacia atrás, pero los resultados están a la vista. Un axioma del fútbol es que ‘para avanzar, es necesario retroceder’.
A mi entender, el ‘problema’ de Guardiola está en el centro izquierda de la delantera. Zlatan Ibrahimovic llegó como promesa de gol al ‘Camp Nou’. Ha cumplido el sueco. Su producción es de 15 goles en liga, pero está lejos de ser la contratación que el Barcelona esperaba. No es el del Inter; este Zlatan no vuela, no hace rabonas en el aire ni látigos imposibles contra 5 jugadores. Se nota que el adiestrador le ha solicitado mayor cohesión con el juego colectivo.
Lo de Pedro, es emocionante. Para los hinchas que gustan ver de constelaciones dentro de las canchas, el canterano fue como una nube, que impedía ver los astros. Marcó en todas las competiciones en las que jugó, por lo que se fue posicionando como una de las cartas seguras para la ofensiva. No siempre como titular.
Thierry Henry no está cómodo en las tierras catalanas. Cuando arribó al club, su expreso deseo era jugar como centrodelantero: Quería ser el ‘9’ del Barca. La respuesta de Rikjaard fue un rotundo ‘no’ y a la izquierda se fue. Con Pep, lo mismo.
Si bien ‘Titi’ debió seguir oliendo la cal de la línea izquierda, se acomodó. Empezó a luchar, a hacer diagonales, a intentar asimilar su nueva posición. Al parecer no lo ha logrado del todo, por eso es esa suerte de ‘titular suplente’. No sé ustedes, pero a mi me da la sensación que están cuidando a Henry para un partido importante. Partido que, me temo, podría no llegar nunca.
El alevín Bojan es luchador. Cuando le toca entrar, pelea, anota, asiste, marca, quita. Las hace todas. Mas algo le falta al pequeñín. A lo mejor le hace falta ir a jugar un par de temporadas fuera, a un equipo dónde pueda ser estrella.
Elijan al ‘9’ y el ‘11’.
Por otro lado, tenemos al Real Madrid y su urgencia de ser campeón. La necesidad incendiaria de agregar más copas a sus sobrepobladas estanterías.
Me van a disculpar, pero el cuadro capitalino no es más que la ratificación de que “muchas estrellas no hacen un cielo lindo”.
Kaka’, Cristiano Ronaldo, Benzema, Higuaín, Xabi, los elementos que configuran el firmamento que tiene como astro regente a Manuel Pellegrini; sin embargo, no logran la idea de asociación necesaria para ser un gran equipo.
Díganme lo que quieran. Que el RM es puntero, que está cerca de ser el equipo con los mejores números en una temporada. Que gustos mediante, tienen las tres G en cualquier cancha. No compro.
Debo reconocer que cuando Pellegrini adiestraba al Villarreal, veía los partidos con entusiasmo. Me alegra que a Don Manuel le vaya bien. Me quedaba dormido, como muchos fanáticos que me han confesado que, para ellos, igual que para mi, el fútbol que propone el ‘Pelle’ me es aburrido.
Pensé que con el Real Madrid, pasaría algo distinto. Que ser el DT de la selección del mundo iba a transformar el fútbol del chileno en un sistema de acción y no de reacción, como el Submarino, pero me equivoqué. Los madrileños son un equipo que sale a jugar a media máquina, como si entraran ganando por 4. Es necesario que los ataquen, que Casillas trabaje, que pasen susto, para que recién tomen el protagonismo y vayan ‘a por el partido’.
Para escribir sobre Messi, tengo que ir a lavarme los dedos.